De paso en pasito se construye el camino

La semana pasada tuve la fortuna de participar en Panamá del encuentro regional del Centro latinoamericano para el desarrollo, la integración y cooperación (CELADIC) cuyos miembros buscan, a partir del patrimonio del pensamiento humanista-cristiano, compartir experiencias, estudiar y profundizar planteamientos que favorezcan la integración regional, a través de propuestas validas para los distintos sectores de la sociedad latinoamericana. Durante el encuentro se impartieron conferencias públicas en la sede de la Central general de trabajadores de Panamá (CGTP), algo así como la CTM de México.
Las ponencias giraron en torno a tres temas: la identidad, la integración y el desarrollo, considerados los ejes centrales sobre los que se debe trabajar en un proceso de integración de América latina. En particular al tratar el tema de Identidad se tocó un punto que resulta importante para la historia de la región, el encuentro de las “identidades” (las indígenas y española y africana) en nuestras tierras. Al respecto se resaltaron tres rasgos que históricamente han marcado nuestra región cultural, a saber: el idioma español (mestizo, enriquecido con las distintas lenguas indígenas), la cultura barroca, que en México y Perú alcanzaron mayor esplendor al mezclarse con elementos de la cultura prehispánica, y la religiosidad profunda de nuestros pueblos que con el catolicismo tomo un rostro y actuar específicos.
Naturalmente el problema de la integración queda siempre abierto, debido a su complejidad y a la imposibilidad de reducir la pluralidad latinoamericana a una sola manifestación. Sin embargo al escuchar hablar a personas de profesiones distintas, (estábamos presentes economistas, historiadores, abogados, lideres sindicales y docentes, provenientes de seis países) que compartían intereses y preocupaciones comunes, y sobre todo que buscaban soluciones integradoras de nuestra región, se recupera la confianza en que a pesar de los conflictos, malos entendidos e injusticias pasadas y presentes hay posibilidades reales de encuentro.
Siguen existiendo personas y grupos que de manera inteligente, decidida y constante crean sinergias entre nuestros países a través de sus profesiones, despertando la conciencia y promoviendo la participación activa, en la búsqueda de una transformación integral del continente.
Un ejemplo de los acuerdos a los que se puede llegar, si se tiene un objetivo común es la publicación que se hizo del diagnostico latinoamericano, en el cual se analizan la situaciones de nuestra región en cuatro grandes dimensiones: social, cultural, política y económica; además de tratar otros temas comunes e importantes que nos aquejan como son el narcotráfico y la migración.
Creo que el CELADIC nos muestra que —como grupos— no estamos solos en la búsqueda de una colaboración en el mejoramiento de la condiciones de vida de nuestros países y regiones. En el encuentro tomamos conciencia de que hay institutos y centros que comparten nuestro ideal y que, al igual que nosotros, desarrollan formas creativas de concientización y colaboración.
Latinoamérica no es un concepto o una convicción sino una realidad formada por miles de sujetos que pueden hacerse responsables en la búsqueda del bien común social, nacional y regional. Nuestro encuentro pretendió invitarnos a asumir la tarea de promover que nuestros compatriotas asuman su responsabilidad para el futuro. Estamos apenas comenzando, hay un gran trecho por delante, pero no estamos solos en el camino. La integración será solo un primer paso, pues paso a pasito se hace el camino, ¿no lo creen?Para quienes quieran conocer el CELADIC, están construyendo su página Internet: http://www.celadic.org/