La Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR) tuvo su origen en 2004, en Cuzco, Perú; como Comunidad Sudamericana de Naciones, pero el año pasado durante la Cumbre Energética Sudamericana los presidentes de los países miembros decidieron cambiarle el nombre.
El pasado viernes 23 de mayo 12 países sudamericanos (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela) firmaron el tratado constitutivo de la UNASUR en la ciudad de Brasilia, Brasil. Dicha unión tiene como objetivo fortalecer el dialogo político y formar un espacio de concertación para reforzar la integración de la región, a partir de su firma obtendrá personalidad jurídica como organización internacional y asumirá el carácter de sujeto de derecho.
La firma debió de realizarse el pasado enero en Cartagena de Indias, Colombia; y dado el conflicto dilemático entre ese país con Ecuador; el presidente colombiano Álvaro Uribe renunció a la titularidad rotativa y la sede se traslado a Brasil; país que propuso la creación del Consejo Sudamericano de Defensa, a lo cual Colombia tomó con reservas. Se puede suponer que lo anterior será un punto de conflicto, dado que ese país mantiene una colaboración militar estrecha con Estados Unidos, la semana pasada se anunció la instalación de una base militar norteamericana en territorio colombiano.
La primera presidencia pro témpore fue asignada a la presidenta de Chile, la Secretaria Ejecutiva se prevé tenga su sede en Quito, Ecuador; y en el mediano plazo se instale un Parlamento Sudamericano tendrá su sede en Cochabamba, Bolivia.
Lo anterior no deja duda a que la integración sudamericana es sueño alcanzable y deseable para la mayoría de los países que integran la región, pero la visión de cada uno de ellos puede ser radicalmente distinta, Colombia y Venezuela por ejemplo. Hay actores que se consideran la reencarnación de Simón Bolívar, pero cómo siempre les pasa a los muertos, se hacen interpretaciones de sus ideales y se les pone significado a sus palabras diferente a lo que quisieron decir. Habrá que dar seguimiento a este importante proceso que ha iniciado la región sudamericana.
El pasado viernes 23 de mayo 12 países sudamericanos (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela) firmaron el tratado constitutivo de la UNASUR en la ciudad de Brasilia, Brasil. Dicha unión tiene como objetivo fortalecer el dialogo político y formar un espacio de concertación para reforzar la integración de la región, a partir de su firma obtendrá personalidad jurídica como organización internacional y asumirá el carácter de sujeto de derecho.
La firma debió de realizarse el pasado enero en Cartagena de Indias, Colombia; y dado el conflicto dilemático entre ese país con Ecuador; el presidente colombiano Álvaro Uribe renunció a la titularidad rotativa y la sede se traslado a Brasil; país que propuso la creación del Consejo Sudamericano de Defensa, a lo cual Colombia tomó con reservas. Se puede suponer que lo anterior será un punto de conflicto, dado que ese país mantiene una colaboración militar estrecha con Estados Unidos, la semana pasada se anunció la instalación de una base militar norteamericana en territorio colombiano.
La primera presidencia pro témpore fue asignada a la presidenta de Chile, la Secretaria Ejecutiva se prevé tenga su sede en Quito, Ecuador; y en el mediano plazo se instale un Parlamento Sudamericano tendrá su sede en Cochabamba, Bolivia.
Lo anterior no deja duda a que la integración sudamericana es sueño alcanzable y deseable para la mayoría de los países que integran la región, pero la visión de cada uno de ellos puede ser radicalmente distinta, Colombia y Venezuela por ejemplo. Hay actores que se consideran la reencarnación de Simón Bolívar, pero cómo siempre les pasa a los muertos, se hacen interpretaciones de sus ideales y se les pone significado a sus palabras diferente a lo que quisieron decir. Habrá que dar seguimiento a este importante proceso que ha iniciado la región sudamericana.