Desde la reunión de Panamá en 1826, han existido muchos proyectos de integración de la América Latina; en el siglo XX recordamos por lo menos el pacto A,B,C, entre Argentina, Brasil y Chile, que terminó por la guerra del Chaco. También el CAN (Comunidad Andina de Naciones) conformada por Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela (que en su mesianismo se salio hace poco) o el proyecto de homologación de integración aduanera que dió el nacimiento al dispar Mercosur (entre los gigantes Argentina, Brasil, y los pequeñitos Uruguay, Paraguay - y ahora Venezuela-) o la Comunidad Sudamericana de Naciones que es el intento de Brasil de ser el motor de la región y en el que han excluido a México.
México desde los años 90´s con el TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América del Norte) se olvidó de mirar al sur por fortalecer su integración con el norte, que si bien nos ha traído beneficios económicos y también muchos perjuicios culturales y sociales, esta nueva geopolítica regional le recuerda al gobierno mexicano que no podemos negar que debemos de tener la cartera en el norte y el corazón en el sur.
El mapa de la región es singular, la costa del Atlántico refleja gobiernos alejados cada vez mas de modelos democráticos y de respeto a las libertades civiles, incluso con claros tintas totalitarios y dictatoriales o corporativos, empezando por Venezuela, Cuba, Bolivia (sí ya se, no tiene salida al mar pero lo ubico en este grupo) Nicaragua y de menor medida la Argentina, Uruguay y Brasil, (la excepción geográfica también es Ecuador) éstos gobiernos de corte de izquierda siguen políticas populistas y buscan dentro de Mercosur crear instituciones regionales como el Banco del Sur, Tele Sur, el anillo energético sudamericano entre otros. La realidad es que salvo el gigante Brasil, las economías de estos países no despegan y la descomposición social es cada vez mayor.
Sin que sea la panacea ni considerando que la cuenca del Pacífico Latinoamericano es de suyo mas prospera, tiene gobiernos con otro corte ideológico, el del libre mercado, de apertura democrática y de búsqueda de instituciones no tan centralizadas como sus pares de la costa este. México, Colombia, Costa Rica, Perú y Chile. Estos países ya tienen firmados (algunos aún no ratificados) tratado de libre comercio con Estados Unidos, razón por la cual, el Mercosur y la batalla chavista y castrista en contra del ALCA (Área de Libre Comercio para las Américas) está ya fuera de su agenda.
Hay que recordar que con el auge de China como super potencia y las economías de los tigres asiáticos la cuenca del Pacífico es el área de mayor crecimiento en el mundo, el siglo XXI será el del Pacífico, y APEC (Foro de Cooperación de Asía Pacífico) es un claro ejemplo de ello. La posición estratégica de México lo llama a ser puente, cruce de caminos, y el nuevo proyecto del Arco del Pacífico Latinoamericano es una buena oportunidad para que por lo menos México, Colombia, Perú y Chile aprovechen un nuevo entorno geopolítico, y se equilibre la perversa ofensiva totalitaria del caudillo mesiánico de Venezuela.
A la gente lo que le interesa mas allá de ideologías o gobiernos es que su calidad de vida mejore, que su situación no sea tan estrecha, que tengan las oportunidades de desarrollo personal y familiar, si los Estados se olvidan (como lo han hecho) que el contrato social surge para brindar seguridad, educación y salud pública a la población, no nos sorprenda que el descontento generalizado desemboque de manera perjudicial para todos.