El domingo 20 de abril, miles de integrantes de la sociedad paraguaya acudieron a las urnas con la idea de cambio en la mente. Desde 1947 han sido gobernados por el Partido Colorado y las condiciones del país no les hacen creer que siga siendo el adecuado para conducir el rumbo del segundo país más pobre de la región sudamericana, después de Bolivia.
Al día hoy Paraguay tiene aproximadamente 42% de su población en condiciones de pobreza, tasa de desempleo de 2 dígitos, 50% de analfabetismo, una economía informal casi del mismo tamaño que la formal, y sobre todo un alto descontento social ante el actual gobierno. Lo anterior, entre otros factores, dio pie para que el ex obispo Fernando Lugo, antes llamado obispo de los pobres, fuera declarado como vencedor de las elecciones presidenciales.
En 2006, el obispo católico Fernando Lugo decidió colgar la sotana para dedicarse a la política. La palabra cambio fue la constante en su discurso y logró consolidar una coalición para competir con el partido oficial en las elecciones presidenciales de éste año. La Alianza Patriótica por el Cambio (APC) es una coalición encabezada por el Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) e integrada por políticos excolorados, organizaciones sociales y sindicales, y partidos pequeños; dando como resultado una propuesta de izquierda y antisistema.
Los otros competidores en la elecciones fueron: Blanca Ovelar, exministra de educación y perteneciente al grupo político del actual presidente, Nicanor Duarte, quien llego muy debilitada por las disputas internas y los cuestionamientos sobre la elección interna de su partido en la que fue nombrada candidata; también compitió con una menor fuerza el ex general Lino Oviedo, quien fue liberado pocos días antes de que cerrara el registro de candidatos.
Sin duda, la alternancia es un hecho de gran importancia para el desarrollo democrático de Paraguay; pero le presenta grandes retos al próximo presidente. En primer lugar se enfrentará a un sistema controlado aún por el Partido Colorado, condiciones de deterioro económico graves en el país, una coalición que le exigirá mucho de acuerdo a cada una de las expectativas de quienes la integran, una alta expectativa de la sociedad paraguaya que puede desilusionarse la basanen el corto plazo.
Ojala y el pueblo paraguayo tenga mejores condiciones de vida y mayores oportunidades de desarrollo, que el nuevo gobierno sepa tomar decisiones adecuadas, se sepa rodear de aliados sinceros, y sobre todo que el coqueteo con el rey Chávez no conduzca a un matrimonio.
Al día hoy Paraguay tiene aproximadamente 42% de su población en condiciones de pobreza, tasa de desempleo de 2 dígitos, 50% de analfabetismo, una economía informal casi del mismo tamaño que la formal, y sobre todo un alto descontento social ante el actual gobierno. Lo anterior, entre otros factores, dio pie para que el ex obispo Fernando Lugo, antes llamado obispo de los pobres, fuera declarado como vencedor de las elecciones presidenciales.
En 2006, el obispo católico Fernando Lugo decidió colgar la sotana para dedicarse a la política. La palabra cambio fue la constante en su discurso y logró consolidar una coalición para competir con el partido oficial en las elecciones presidenciales de éste año. La Alianza Patriótica por el Cambio (APC) es una coalición encabezada por el Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) e integrada por políticos excolorados, organizaciones sociales y sindicales, y partidos pequeños; dando como resultado una propuesta de izquierda y antisistema.
Los otros competidores en la elecciones fueron: Blanca Ovelar, exministra de educación y perteneciente al grupo político del actual presidente, Nicanor Duarte, quien llego muy debilitada por las disputas internas y los cuestionamientos sobre la elección interna de su partido en la que fue nombrada candidata; también compitió con una menor fuerza el ex general Lino Oviedo, quien fue liberado pocos días antes de que cerrara el registro de candidatos.
Sin duda, la alternancia es un hecho de gran importancia para el desarrollo democrático de Paraguay; pero le presenta grandes retos al próximo presidente. En primer lugar se enfrentará a un sistema controlado aún por el Partido Colorado, condiciones de deterioro económico graves en el país, una coalición que le exigirá mucho de acuerdo a cada una de las expectativas de quienes la integran, una alta expectativa de la sociedad paraguaya que puede desilusionarse la basanen el corto plazo.
Ojala y el pueblo paraguayo tenga mejores condiciones de vida y mayores oportunidades de desarrollo, que el nuevo gobierno sepa tomar decisiones adecuadas, se sepa rodear de aliados sinceros, y sobre todo que el coqueteo con el rey Chávez no conduzca a un matrimonio.
1 comentario:
a mi parecer el Paraguay tiene una historia triste, la guerra de la triple alianza de Argentina, Brasil y Uruguay (en la que perdieron dos terceras partes de los hombres del país) en contra de los guaraníes, la guerra del Chaco contra Bolivia que si bien en tiempos distintos diezmaron a la población, el territorio, la industria y la carácter, luego la dictadura de Strossner......
Solo deseo bienestar y progreso en esta nueva etapa, que no les pase lo que a México con Fox en que la promesa de cambio naufrago y se hundió y se perdió lo mas valioso: la esperanza y las ganas de muchos en cambiar de fondo al país.
Publicar un comentario